La pandemia de Covid-19 impulsó el uso de herramientas tecnológicas con las que muchas empresas han podido sobrevivir, e incluso fortalecerse, durante las etapas más fuertes de confinamiento. El uso de dispositivos y plataformas digitales se ha convertido en parte de las actividades cotidianas para realizar actividades laborales a distancia.
La seguridad digital se ha convertido en un tema prioritario para las personas y organizaciones, pero no sólo enfocado en el uso de herramientas de ciberseguridad que permitan prevenir, responder y reponerse de los ataques, también desde el tipo de actividades que llevan a cabo los usuarios.
Los piratas cibernéticos buscan no sólo robar recursos económicos, también información de usuarios y empresas que puedan comercializar en el mercado negro con distintos fines. En este contexto, ¿qué tipo de actividades humanas pueden provocar el robo de información? Éstas son las principales:
Conectarse a redes WiFi abiertas o públicas
El origen de un riesgo potencial puede darse desde la actividad más básica, como conectarse a una red. Cuando se está fuera del lugar de trabajo, ya sea la casa u oficina, a veces es necesario buscar una conexión a internet para realizar algunas actividades.
Si esta red es abierta a todo público, puede ser la puerta de entrada a que una tercera persona tenga acceso a datos personales, como información, contraseñas, entre otra información.
Entrar a sitios que no son seguros
Al navegar en internet, es muy probable que no se ponga atención en los detalles de las páginas web que se visitan. Esto hace que pase desapercibido si los sitios web empiezan con HTTP o HTTPS, y este factor puede hacer la diferencia entre ser víctima de un robo de datos o navegar de forma segura.
Los protocolos de transferencia HTTP y HTTPS funcionan para transferir datos de un sitio a otro. La diferencia radica en la forma en la seguridad con la que viajan estos datos, pues por HTTP pueden ser accesibles a cualquier persona que intercepte la comunicación, pero HTTPS usa una conexión mediante cifrado para proteger la información.
Colocar contraseñas repetidas
El problema con las contraseñas no radica sólo en la baja seguridad al crearlas, también en usar la misma en distintas plataformas de servicios, como banca electrónica, aplicaciones de compras, correos electrónicos, entre otros portales o aplicaciones.
Lo ideal es crear contraseñas distintas para cada uno de los servicios que utilices, con mínimo 10 caracteres entre letras y símbolos o números. También puede recurrirse a herramientas que ayudan a crear contraseñas con altos niveles de seguridad para elevar el nivel de protección.
El aumento en el uso de los recursos tecnológicos ha fortalecido también la frecuencia e intensidad de ataques que ponen en riesgo la seguridad de usuarios y empresas. Prevenir afectaciones no sólo depende de los programas de seguridad con los que se cuenta, también de la capacitación que se brinda a los usuarios para evitar riesgos.
Fuentes:
https://www.entrepreneur.com/article/365228
https://introbay.com/blog/https-que-es-y-para-que-sirve#:~:text=HTTP