Por mucho tiempo, el home office se consideró más una tendencia millennial, resultado de la integración de los más jóvenes a los espacios de trabajo. Sin embargo, la pandemia esclareció algunos mitos, como el que el home office acabaría con la productividad de las organizaciones.
Pero también dejó al descubierto algunas áreas que requieren fortalecerse todavía más en esta modalidad de trabajo, tales cómo generar engagement con la cultura organizacional, aún cuando las interacciones ocurren en la virtualidad.
En su libro “When Teams Work Best”, Carl Larson y Frank LaFasto, investigadores de la Universidad de Denver, afirman que para mantener a los colaboradores conectados con la organización, el líder debe alinearlos en tres ámbitos:
- Mente (conocimiento, habilidades y la información)
- Cuerpo (habilidades y competencias)
- Espíritu (motivación, deseo, sentido de pertenencia y de equipo)
Y es justo de los líderes de quienes surgen las mayores inquietudes con respecto a la nueva normalidad. Por ello, es crucial trabajar en conjunto con ellos para seguir desarrollando habilidades que les permitan dirigir y coordinar a sus equipos con buenos resultados no solo de negocio, sino también en talento.
Las cabezas de equipo deben ser capaces de transmitir fielmente la visión de la compañía así como las directrices para la ejecución de los planes y proyectos. Por su parte, los responsables del desarrollo de la cultura en la empresa deben trabajar en el establecimiento de canales, medios, contenidos, políticas y procedimientos para mantener la integración y participación de los colaboradores.
¿Cómo mejorar la cultura organizacional?
Las actividades tradicionales con las que se impulsa la cultura organizacional, pueden trasladarse a la virtualidad para dar continuidad a las estrategias de comunicación interna. Algunos elementos que pueden incorporarse en las actividades de construcción de cultura de trabajo son:
- Establecer puentes entre los colaboradores y el propósito de la organización.
- Reforzar continuamente los valores, prioridades e intereses que generan pertenencia a la cultura.
- Implementar mecanismos de comunicación donde se escuche a los colaboradores y no solo se les hable unidireccionalmente.
- Evolucionar los rituales de la organización y/o desarrollar nuevos.
- Fomentar la co-construcción de planes de trabajo para alcanzar los objetivos de la compañía.
- Promover los ejercicios de retroalimentación y reconocimiento.
A menudo, los equipos de capital humano generan iniciativas alineadas al conocimiento de sus organizaciones, programas que abordan los puntos citados y otros que contribuyen en el fortalecimiento de la cultura de las empresas. Sin embargo, en muchos de los casos, estos no sobreviven debido a la falta de continuidad.
Es este sentido, es necesario elaborar casos de negocio sólidos que demuestren el impacto de los programas para promover los beneficios de ellos entre los líderes de la organización, para que puedan brindar el soporte necesario para llevar al éxito estas iniciativas.
Fuentes:
https://blog.hubspot.es/marketing/guia-para-hacer-home-office-teletrabajo