Para los trabajadores que a diario debían cumplir con la rutina de levantarse muy temprano y prepararse rápidamente para llegar a tiempo a sus lugares de trabajo, el inicio del teletrabajo fue como un sueño hecho realidad: no más prisas, no más horas en el transporte público o en el automóvil, no más presión por llegar a “checar”, no más convivencia con compañeros de trabajo que podían resultarles molestos; en fin, la “nueva normalidad” lucía muy bien.
¿Qué ha cambiado con la Salud Mental?
A la vuelta de un año, las consecuencias que el confinamiento ha generado, son un foco rojo para los profesionales de la salud mental y por ende, para los responsables del Capital Humano dentro de las organizaciones.
Estrés, ansiedad, depresión, autolesiones, violencia intrafamiliar y suicidio, son algunas de las manifestaciones de aquellos que encuentran el encierro, imposible de manejar.
Adicionalmente a los cambios obligados en cuestión de convivencia y contacto social, está el grave problema económico que el COVID-19 ha desatado a nivel mundial. La incertidumbre de millones de familias con respecto a la cobertura de sus necesidades más básicas, es un detonante clave para la inestabilidad mental.
Por otra parte, no hay que olvidar que hay condiciones a nivel psicológico, biológico y social, que pueden provocar que ciertos individuos sean más propensos a padecer este tipo de afecciones.
A pesar de que, a partir de la contingencia sanitaria se ha hecho muy evidente este conflicto, los problemas por trastornos mentales no son algo nuevo. Mucho antes de la pandemia, ya se había advertido su presencia y consecuencias, que en muchos casos pueden ser fatales.
Sin embargo, éste es un tema aún muy estigmatizado, principalmente en ciertas regiones del mundo. Como indica la Directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa F. Etienne:
“Las enfermedades de salud mental constituyen una epidemia silenciosa que ha afectado a las Américas mucho antes de COVID-19, con depresión y ansiedad como dos de las principales causas de discapacidad. La Región también tiene el segundo nivel más alto de consumo de alcohol en el mundo”.
Estadísticas Relevantes de la Salud Mental a Nivel Mundial
De acuerdo con la Organización que Etienne dirige, estas son algunas de las estadísticas globales más relevantes:
- Los trastornos mentales, neurológicos y por el consumo de sustancias representan el 10% de la carga mundial de morbimortalidad y el 30% de las enfermedades no mortales
- Alrededor 1 de cada 5 niños, niñas y adolescentes es diagnosticado con un trastorno mental
- La depresión es uno de los principales trastornos que afecta a la población mundial, siendo una de las causas más importantes de discapacidad.
- Una persona se suicida en el mundo cada 40 segundos aproximadamente.
- Las personas con trastornos mentales graves mueren de 10 a 20 años antes que la población general
- Inversión en salud Mental
Y en cuestión de inversión por parte de los gobiernos:
- El gasto en servicios de salud mental en todo el mundo representa un 2.8% del gasto total destinado a la salud en general
- En países de bajos ingresos el presupuesto asignado a salud mental representa el 0,5% del presupuesto general de salud
- En contraste, en los países de altos ingresos este porcentaje asciende a 5.1%
- Por tanto, en los países de ingresos bajos el gasto en salud mental es de menos de 1 dólar per cápita, frente a los 80 dólares per cápita en países de ingresos altos
Como estas cifras evidencian, es mucho más probable que las empresas implementen ciertas prácticas que ayuden en este rubro a sus trabajadores, que las propias autoridades.
Y aunque los expertos coinciden en que debe ser un esfuerzo conjunto, no se puede esperar a que las voluntades confluyan en algún momento. Es necesario no aplazarlo más: sin salud mental, no hay salud integral.
Como cualquier otro cambio repentino, mucho del aprendizaje es a base de prueba y error. Lo importante es que ese conocimiento sirva para mejorar el bienestar de los individuos.
Algunos aspectos a tomar en cuenta sobre la Salud Mental Actualmente:
Por lo pronto, es necesario que los responsables de equipos de trabajo se sensibilicen con respecto a ciertos aspectos:
- El hecho de no tener que gastar horas en un transporte, no significa que deban tomarse esas horas para agregar más trabajo a los colaboradores
- El Home Office también representa retos para los trabajadores: no se está descansando; de hecho, se debe lidiar con las responsabilidades del empleo y también, con las eventualidades del hogar
- El exceso de reuniones virtuales sin una justificación, es algo que no sólo merma la productividad, también el ánimo y energía de los subalternos
- O bien, la ausencia de contacto y de comunicación puede incrementar la incertidumbre y estrés de los empleados
- Ser creativo y propiciar la actividad física durante la jornada de trabajo, para evitar la rutina
Hoy más que nunca, el acompañamiento, la escucha, la empatía y la contención, serán ingredientes clave para apoyar la salud mental de nuestros colaboradores.